“En el mundo moderno, la calidad de vida es calidad en la comunicación”
Tony Robbins
Aunque hay un componente humorístico en el video, es un ejemplo de como las personas a menudo desarrollamos una imagen distorsionada del otro, dando lugar a que se malinterprete lo que hace o dice.
En la relación de pareja gran parte de las frustraciones, enojos y malentendidos provienen de comunicaciones equivocadas e interpretaciones prejuiciosas del comportamiento mutuo.
¿Qué ocurre si existe una mala comunicación?
- Las parejas se frustran o se decepcionan.
- Son propensos a llegar a conclusiones negativas.
- La persona ofendida ataca a su pareja o se aleja de ella.
- La persona atacada se siente injustamente castigada y contraataca o se retrae.
- Las parejas en conflicto erróneamente atribuyen maldad o egoísmo al problema.
- No son conscientes de que interpretan mal a sus parejas.
- Las ideas de comunicaciones desacertadas a menudo son responsables de la ira y del conflicto
¿Por qué sucede esto?
- Cuando estamos decepcionados tendemos a exagerar o malinterpretar el significado del comportamiento de la otra persona.
- Le añadimos explicaciones negativas, incorrectas.
- Actuamos de acuerdo con esas interpretaciones erradas.
- Atacamos a la imagen negativa que hemos proyectado.
- Nunca pensamos que nuestro juicio negativo podría estar equivocado.
¿Por qué hacemos una mala interpretación?
Al principio de nuestra vida desarrollamos un sistema interpersonal de códigos. Por el contexto y otras observaciones entretejemos los significados para llegar a una conclusión.
Este sistema de códigos proporciona explicaciones inmediatas pero en desventaja podemos llegar a conclusiones equivocadas, por ejemplo:
- Confiamos en las conclusiones a las que podemos llegar, más allá de lo que los hechos justifican.
- Podemos leer incorrectamente rechazo, cuando nuestra pareja está distraída.
- Suponer enojo cuando el otro miembro de la relación está ansioso o tenso.
- Las palabras o actos de uno pueden suponer inconscientemente una amenaza para el otro.
Las señales constituyen una clase de signos empleados en la comunicación. Estas forman la estructura de una relación estrecha, llevan una carga mucho mayor de significados, pueden representar símbolos de afecto y amor. Las emociones y los sentimientos se comunican a través de medios como la palabra, gestos, acciones, tono de voz, etc.
Y si hacemos una mala interpretación de las señales?!
A veces tenemos maneras de decodificar un mensaje y nos equivocamos, porque las señales son ambiguas, sujetas a interpretaciones diversas y, muchas veces le asignamos un significado a un suceso y no confirmamos su exactitud. Nos empeñamos en adivinar el pensamiento del otro y erramos casi siempre.
Las parejas deben, efectuar más observaciones o formular preguntas directas de las acciones que realiza su compañero, sólo así tendrán una nueva oportunidad de corregir el sistema de códigos y, comprender mejor al otro.
Otros de los errores en la comunicación de parejas lo constituyen los prejuicios, que pueden torcer tanto las interpretaciones de nosotros como la de los demás. Estos incluyen una trama de actitudes negativas que atribuyen mucha mayor importancia a sus conclusiones y se aferran a ellas tenazmente.
Se puede mantener una comunicación de pareja efectiva.
La pareja humana es, una de las experiencias más hondas y privilegiadas, por eso su fórmula es mucho más compleja. Lo que sucede entre dos que se aman está lleno de intereses. Que estos coincidan es el punto para compartir.
El proyecto de pareja, no solo transforma a las relaciones, sino que transforma también a los sujetos.
En la sociedad actual, bajo los criterios de igualdad entre hombres y mujeres, la pareja se organiza en el reparto de tareas, el cuidado y la atención de la casa, el mantenimiento de todo lo que suponen estructuras e incidencias, esperadas o inesperadas.
“Compartir” es un plan muy amplio que requiere unas mínimas reglas. Todo plan de vida en pareja se basa en un compromiso, en un contrato por llamarle de algún modo, donde se trazan líneas generales y, los muchos detalles que se encuentran en el curso de la convivencia.
Otro aspecto importante es el de evitar las acusaciones, los juicios de valor, hablar de como nos sentimos, a veces somos fuertes, frágiles o vulnerables. Proponer cambios viables y factibles. Preguntar consistentemente.
Combinar las formas concretas para delimitar espacios y tiempos de libertad propios, de forma que la disponibilidad de uno para el otro no sea confundida con el atosigamiento o la distensión con el desinterés. No olvidar la importancia del sentido del humor en toda relación digna de aprecio y más concretamente en ésta.
Referencias:
Amezúa E, Teoría de los sexos.
Beck Aaron T, Con el amor no basta
Márquez Cabeza, Antonio J, La comunicación en la pareja