… El hombre se tambaleó al tratar de mantener agarrada a Sandy, a la que empotró contra la pared al caerse hacia delante. Ahora, con cada empellón, ella sentía el yeso presionándole las nalgas y los hombros desnudos, así que se agarró a él con fuerza sin importarle si llegaba a clavarle las uñas; a fin de cuentas, eso haría que él se excitara más aún. Sandy tenía que alcanzar el clímax…
De repente, se oyó un bocinazo atronador que provenía del exterior. A Sandy se le nubló la visión de tal modo que no pudo llegar al orgasmo y él dejó de pedalear.
Sandy parpadeó sobre la lente del telescopio, mientras se desvanecía su recurrente fantasía…
Diario de una voyeur _ Maya Reynolds
En la convivencia de unos y otros, las fantasías eróticas tienen una forma privilegiada, la creatividad en sus miles de formas de expresión.
¿Qué son las fantasías eróticas?
Son todos aquellos deseos que, solamente pueden ser desarrollados en el mundo de las fantasías, son productos comunes y, forman parte de la vida de todo sujeto.
Junto a las emociones y los sentimientos, las fantasías van y vienen, ya sea en estado de vigilia o en sueños, lo mismo que se habla de expresar las emociones y sentimientos, se habla de vivir las fantasías.
Gran parte de las aberraciones sexuales son vividas como deseos desarrollados en la fantasía.
El arte no podría ser entendido sin el recurso de la fantasía, es la forma de convertir en obras los materiales de la fantasía.
¿Cuáles son las fantasías eróticas más habituales en hombres y mujeres?
Cada cual construye su imaginario con elementos percibidos a lo largo de su biografía, de ahí que cada cual tenga sus fantasías, algunos las comparten y otros la viven en su mayor intimidad.
No debemos confundir, deseos reales con fantasías eróticas, toda vez que estas últimas son ilimitadas, de infinitas posibilidades, algo que la realidad no posee, por lo que las hace más atractivas.
Muchas parejas se quejan de que han querido practicar algunas de sus fantasías, pero sin logro alguno, y es que eso de querer hacer realidad la fantasía es imposible.
Una fantasía no se realiza, ni tiene por qué realizarse, si no es como tal, en eso reside su valor y su realidad. No está construida para que acontezca en la realidad, en cambio el deseo si.
Otra cosa es que, hagamos juegos de roles para hacer más divertidos nuestros encuentros eróticos y, esto se traduce para mal en fantasía por ese matiz de creatividad. La fantasía se queda en nuestro pensamiento, en el deseo hay una intención, un componente de acción.
¡Las fantasías invitan al placer!
Cultivar las fantasías nos hace más felices. Nos permite vivir experiencias que no pueden, o no se quieran vivir en la vida real y, esta creatividad desencadena la respuesta sexual y, por consiguiente placer y bienestar.
Al hacerlo, permite que esa realidad se enriquezca en una dialéctica, donde lo imaginado y, lo vivido ensanchan los límites de nuestro autoconocimiento y, crean una sinergia que potencia el disfrute, liberándonos de tabúes y de prohibiciones.
“Cuantas más fantasías seamos capaces de comprender, mejor nos conoceremos”.
Referencias:
Amezua E, Teoría de los sexos. La letra pequeña de la sexología.
Bolinches Antoni, Sexo sabio.
Reynolds Maya, Diario de una voyeur.
Jorba Nuria, “Todo lo que deberías saber de las fantasías eróticas”
Ilustraciones de Fredillo “Fantaisies Parisiennes”